Cómo la inmigración en Newark está generando más niños con superpoderes
En una ciudad donde las escuelas se han caracterizado durante mucho tiempo por sus desafíos, los estudiantes inmigrantes están superando discretamente las expectativas de desempeño escolar, e incluso aun de sus compañeros en Nueva Jersey.
Newark está experimentando una gran afluencia de estudiantes recién llegados, lo que ha impulsado el crecimiento de la matrícula tanto en las escuelas de distrito como en las autónomas, en un momento en que otras ciudades están perdiendo matrículas, tenemos la oportunidad de mostrarle al país el poder del bilingüismo.
En Newark, los estudiantes de escuelas públicas que anteriormente eran clasificados como estudiantes de inglés como segunda lengua no solo superan el promedio estatal en alfabetización, sino que también superan a los estudiantes más adinerados del estado.
Los datos del Departamento de Educación del estado para la Administración de los exámenes estatales de la NJSLA en 2024 muestran que el 64 % de los estudiantes que anteriormente eran estudiantes de inglés como segunda lengua en Newark aprobaron el examen estatal de inglés de tercero a octavo grado, superando el promedio estatal del 51 % de la población general, así como los promedios estatales del 62 % de estudiantes sin desventajas económicas y del 61 % de estudiantes blancos.
Y eso es solo el promedio. Algunas de nuestras escuelas en Newark superan considerablemente el promedio estatal. En la escuela autónoma Maria Varisco Rogers, el 88 % de los estudiantes multilingües aprobaron el examen estatal de alfabetización, mientras que en la escuela Lafayette Street, el 83 %, según datos del Departamento de Educación.
En la escuela Ridge Street, mi Alma Máter, el 82 % de los antiguos alumnos multilingües aprobaron el examen estatal de alfabetización. De hecho, los niños que aprendieron inglés como segunda lengua en un buen número de escuelas públicas de Newark están superando a todos los estudiantes en más de 400 distritos escolares de Nueva Jersey.
Este logro excepcional no nos debería sorprender.
El bilingüismo es un reconocido superpoder cognitivo que permite a los estudiantes pensar con mayor flexibilidad, procesar la información a través de un mayor número de vías y utilizar áreas adicionales del cerebro que, de otro modo, quedarían infrautilizadas. Esto está respaldado por la ciencia.
Viorica Marian, profesora de la Universidad Northwestern y autora del libro de 2023 “El poder del lenguaje: cómo los códigos que usamos para pensar, hablar y vivir transforman nuestras mentes”, argumenta que los cerebros bilingües suelen desarrollar mejor atención, capacidad para cambiar de tareas y control ejecutivo que los cerebros monolingües, gracias a su capacidad de inhibir un idioma mientras usan otro.
Hemos recorrido un largo camino desde 1926, cuando la influyente psicóloga Florence Goodenough escribió que “el uso de una lengua extranjera en el hogar es uno de los principales factores que provocan retraso mental, medido mediante pruebas de inteligencia”.
Nada más lejos de la realidad. Ahora sabemos que dominar el idioma inglés durante la escuela les da a las generaciones de los recién llegados, acceso a educación superior y al sueño americano.
Cuando empecé en la escuela en Newark en la década de 1970, solo sabía el español que hablaba mi familia. Aprendí inglés en la escuela, y sí, fue duro. Todavía recuerdo tener cinco años y no saber qué decían mis nuevos compañeros, y que no me entendieran cuando les preguntaba si podía jugar con ellos.
También recuerdo a mis maestros en la Escuela Elliott Street y más tarde en la Escuela Ridge Street, interesados en mi crecimiento, por lento e incómodo que me sintiera en aquel entonces.
La expectativa de que no solo aprendería inglés, sino que también me destacaría, siempre estuvo presente. Mis maestros me ayudaron a desarrollar mi amor por la lectura y la escritura, y me gradué con honores de la Universidad de Nueva York y trabajé como escritor galardonado para The Wall Street Journal.
Eso fue hace más de 30 años. Los estudiantes de Newark de hoy también están demostrando lo que sus escuelas les han ayudado a lograr.
Yasmim Barros, quien acaba de graduarse de la preparatoria East Side, creció en un pequeño pueblo brasileño sin internet. No hablaba inglés cuando llegó a Newark a los 11 años. El mes que viene irá a la Universidad de Harvard con una beca por cuatro años.
Cindy Sanchez, por su parte, llegó a la escuela autónoma North Star Academy en décimo grado con muy poco inglés. Ahora cursa su segundo año en la Universidad de Rutgers.
Con casi 60,000 estudiantes, Newark representa la mayor concentración de futuros médicos, abogados, empresarios y líderes políticos.
Necesitamos asegurarnos de que todas nuestras escuelas públicas sigan recibiendo una financiación justa, la modernización de los edificios antiguos y políticas que atraigan, en lugar de desalentar, a la próxima generación de docentes.
En las escuelas de distrito y chárter, el año pasado hubo 13,584 estudiantes multilingües en Newark, el triple de los 3,645 del año escolar 2014-15, según el Departamento de Educación (DOE).
Al considerar las amenazas reales contra nuestros vecinos inmigrantes, también queremos celebrar y agradecer lo que sus hijos aportan a nuestras escuelas. Nuestro futuro es más brillante gracias a ellos.